martes, mayo 26

La Rebeldía.

Cuando era Chamaco (mucho más chamaco de lo que soy ahora), era un ser bastante rebelde, desafiante de las figuras de autoridad y las normas establecidas. 
No siempre fui así, sino que esa rebeldía se me fue generando en mi interior al pasar de los años; hasta "explotar" maravillosamente en la adolescencia. 
Usaba playeras negras con dibujos "oscuros" debajo de la camisa blanca de la escuela, camisas de franela para estar en onda con Kurt Cobain (Nirvana) y botas negras tipo obrero, como todo buen rockero emergente.
He de añadir, que ese tipo de vestimenta me sigue agradando. 
Desobedecía a mis padres (ocasionalmente), a los profesores (no tan ocasionalmente) y desafiaba al clero. Pero, no era sólo por llevar la contraria; yo protestaba contra todo lo que consideraba injusto, infame o estúpido. He de admitir, que no siempre tenía la razón, pero si buscaba pelear por las causas que consideraba justas. 
Claro que mi rebeldía tenía un origen, una casua: Los Libros. Ellos me llevaron a cuestionar, a indagar, a reflexionar sobre ésta realidad. Lo curioso es que mi primer novela fue precisamente una que hablaba de la importancia de los libros como fuente de cuestionamiento y entendimiento de nuestra realidad: Fahrenheit 451, de Ray Bradbury (De hecho, ese libro merece un artículo completo por sí mismo, así que no hablaré de él). Luego vinieron Nietzsche, Sartre, Huxley, Orwell; algunos de los clásicos, algunas novelas, mucha poesía, e, incluso, best sellers. 
En ese tiempo no lo entendía, no comprendía bien las implicaciones que tendrían en mi vida leer esos libros. De hecho, prefería comprarme libros a comprarme ropa; cosa bastante acorde con mi estilo de vestir y mi ideología. Fue también en ese periodo que el director de mi prepa, y profesor, Roberto Julio GómezS nos dijo algo en clase que se me quedó grabado hasta la médula: "Siempre pregunten ´por qué´, cuestionen siempre lo que les dicen, no porque alguien lo diga tiene que ser verdad. Cuestionen siempre su entorno. La verdad, al cuestionarla, se hace más fuerte, lo que no es verdadero se destruye". No es la cita textual, pero es eso básicamente. Desde luego Julio es un tipo bastante instruído y una lumbrera de conocimiento. 
 Fue ya hasta ésta edad de joven madurez, que entendí toda esa formación y la pude valorar de manera real. Aún leo, aunque mis lecturas se han diversificado: Negocios, desarrollo humano, ciencias, superación personal, y varios temas diversos. Y es por ésta nueva información, aunada a la que ya poseía,  y a la par con mi negocio y mi labor como autor, que entendí lo siguiente:
LEER ES UN ACTO DE REBELDÍA.
Vivimos en una sociedad que te pide agacharte, esclavizarte, someterte, no pensar, no preguntar, no decidir. No me refiero sólo a éste país, sino a el mundo entero. Se nos está educando para ser parte del engranaje de una maquinaria inhumana y déspota. Por esa misma razón, tenemos que cuestionar, que pensar por nosotros mismos, que ser seres humanos únicos, independientes, libres. 
La libertad, hoy más que nunca, es un derecho que tenemos que defender desde nuestros pensamientos. Tus pensamientos son un resultado directo de la información que le das a tu cerebro. Tú, tu vida, y todo lo que te rodea, es una resultante de la suma de tus pensamientos dominantes. Ésta creación de ti como individuo y tu experiencia en ésta realidad están fundamentadas y basadas, en gran medida, en lo que piensas (añade: lo que sientes, lo que dices, lo que haces); y lo que pienas viene de las personas con quiénes te relacionas, la información que te es dada, y la información que tú como persona, en tu libre albedrío, decides buscar. 
En ese tiempo de adolescencia, yo pensaba que la rebeldía consistía en pelear contra la autoridad, en gritar, exigir, demandar. Pensaba que la revolución era violencia; y yo no quería ser violento. Ahora entiendo, que la rebeldía consiste en atreverse a pensar por uno mismo; y la revolución es una del pensamiento y de la forma de como vemos y entendemos el mundo que nos rodea. 
LEER ES, PUES, UN ACTO DE REBELDÍA.
Gracias.
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